YO, HANS KELLER
Creí haber dejado atrás el destino trágico de mi vida, a partir del 17 de diciembre de 1939 día en que el Comandante Langsdorff, nos despidió y toda la tripulación bajamos a tierra. Seguidamente, ordenó volar el buque. Días después, Hans Langsdorff, su nombre era como el mío, se disparó un tiro en la cabeza, en su cuarto de hotel en Buenos Aires envuelto en la bandera de Alemania. Así, terminaba una etapa para nosotros, los ex marinos del Admiral Graff Spee. Comenzábamos una nueva en Argentina, un país próspero, de gente generosa que nos abrió las puertas de sus hogares y sus corazones. Teníamos trabajo, casa y un futuro promisorio. Atrás dejábamos la guerra con sus atrocidades. Fueron seis años de paz, para los nueve alemanes que recalamos en la Ciudad de Santa Fe. Creí que, con su hundimiento se cerraba una valerosa actuación del Admiral Graff Spee, aunque posteriormente y, luego de tres años de mi residencia en este bendito país, me enteré que no sie...