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EL DUEÑO DEL CIRCO

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Grita, no habla, o habla a los gritos, que es lo mismo. El está en el circo y es el presentador (además de único dueño). Es un circo donde no hay payasos aunque él se burla igual de los participantes como si lo fueran. Ahora está frente a la rubia Silvia, exuberante con sus impresionantes pechos. Sobre el izquierdo (siempre hablando de los pechos), tiene pegado, algo parecido a un botón. Desde la pantalla del televisor no se puede visualizar bien pero a través de los gritos del dueño del circo que dialoga con la rubia, queda claro que ella se ha puesto la insignia del club de los amores de ambos: San Lorenzo, dando fe a su rendición incondicional al San, que de Santo no tiene nada. Ella le pide que le saque el botón, el cual sigue pegado en su pecho izquierdo. El intenta pero está muy pegado, mientras l os presentes gritan, al igual que el dueño del circo, -  ¡Apretá!, ¡Está duro!, ¡No te sale!,  Dale!,  ¡Otra vez! - Es el doble sentido soez que tan...
Extracto del libro “De Úbeda a Santa Fe” en alusión a la inundación de 2003 AQUELLA MADRUGADA Estaba casi, casi por dormirme. Me había acostado última, luego de haber tapado a Luisito que dormía en el dormitorio contiguo.  Iba sintiendo como el sueño avanzaba mientras la sensación de cansancio desaparecía. El suave respirar de Pancho, a mi lado, ya dormido, me invitaba a la placidez compartida. Un murmullo, lejano, quiso irrumpir, pero lo rechacé acomodándome mejor en el lecho. Como si eso bastara para que volviera el silencio. Pero fue inútil; e l murmullo aumentó.  Eran voces, muchas   voces,  ¿De donde venían? Traté de orientarme en la oscuridad.  Ubiqué que venían de la calle que corta mi cuadra y le decimos la cortada, aunque tiene un nombre que nadie recuerda y, en todos los barrios, cuando una calle se cruza en una manzana y hace su propio camino, cortando la lógica de lo que debe ser una calle, se le dice cortada. Prendí la luz y ...

YO, HANS KELLER

Creí haber dejado atrás el destino trágico de mi vida, a partir del 17 de diciembre de 1939 día en que el Comandante Langsdorff, nos despidió y toda la tripulación bajamos a tierra. Seguidamente, ordenó volar el buque. Días después, Hans Langsdorff, su nombre era como el mío, se disparó un tiro en la cabeza, en su cuarto de hotel en Buenos Aires envuelto en la bandera de Alemania. Así, terminaba una etapa para nosotros, los ex marinos del Admiral Graff Spee. Comenzábamos una nueva en Argentina, un país próspero, de gente generosa que nos abrió las puertas de sus hogares y sus corazones. Teníamos trabajo, casa y un futuro promisorio. Atrás dejábamos la guerra con sus atrocidades. Fueron seis años de paz, para los nueve alemanes que recalamos en la Ciudad de Santa Fe. Creí que, con su hundimiento se cerraba una valerosa actuación del Admiral Graff Spee, aunque posteriormente y, luego de tres años de mi residencia en este bendito país, me enteré que no sie...

ADIOS A UNA AMIGA.

No quiero decirte adiós pero tengo que hacerlo. Primero, sacaré la llave de tu casa, que tengo en mi llavero y que me diste a mí y a tus otras amigas, para que pudiéramos entrar porque ya no te levantabas. ¿Por qué renunciaste tan pronto? Renunciaste a mirar por la ventana, a que te lleváramos a pasear y ver las flores en la costanera. A mirar los cuadros que tanto amabas, a escribirle a esas niñas que tanto querías y estaban en tierras tan lejanas, pero que te amaban y siempre te llamaban.  Tenías un vacío por otros pequeños bajitos, que próximos estaban y te los negaban. Nada te conformaba porque te quitaron los niños que tanto amabas.  En ellos pensaste hasta tu último momento y, yo sé, que cuando nos dijiste: “Ténganme de las manos”, pensaste en ellos, inocentes, ajenos al rencor de los hirientes. Quiero recordarte mirando las fotos y diciendo contenta: ¡Que lindas y alegres me miran! Coincidiendo, te dije: - Si, fíjate, que traviesas lo que te escribieron. ...